A pesar del lucimiento que podría tener el suceso, la ciudad de Santa Clara se viste de un “colorete” en sus principales edificaciones del casco histórico urbano, que rodea al Parque Vidal, Patrimonio Nacional, muy deteriorado por inmuebles casi en ruinas: el antiguo cine-teatro Villaclara y los hoteles Florida o Central, este último en reparaciones para servicios al turismo.
Se anunció por el periódico oficial Vanguardia (provincial), con sede en Santa Clara que el teatro La Caridad cerraría sus puertas para la «reparación de varias partes del inmueble afectadas por la humedad y el comején, situación que incide en la integridad física del edificio», labor que todavía está pendiente.
Las afectaciones están en la cubierta, con tejas corridas o partidas, lo cual provoca filtraciones y humedad, debido a la mala calidad de las intervenciones constructivas que antes recibió, así como otras inconclusas que llevaron a la edificación, de 128 años de creada, a una “reapertura indebida”, dijo el periódico.
Sin embargo, el teatro todavía permanece abierto y será área de festividad por el 325 cumpleaños de esta ciudad.
La llamada Casa de la Ciudad corre peor suerte. Está clausurada hace tres años sin que se anuncie a corto plazo acciones de conservación.
También los adoquines de calles con valor patrimonial desaparecen. Capas asfálticas cubren años de historia local.
“Habrá mucha pintura en las fachadas de los inmuebles más cercanos al Parque Vidal, y mantenimientos en el arbolado y zonas de paseo de la céntrica plaza de Santa Clara”, anunció recientemente Marisol Alfonso Montesinos, secretaria de la Asamblea Municipal del Poder Popular.
En la mañana hubo una sesión solemne de la Asamblea del Poder Popular (Gobierno) en el teatro La Caridad, donado en 1885 por Marta Abreu, la Benefactora de Santa Clara, a su pueblo.
Un carnaval infantil-popular ocurrió el 21 de este mes en medio de los sobresaltos de los habitantes por la existencia de dengue y cólera en sus principales barriadas.
Gustavo Benítez Fumero, funcionario del Poder Popular, llamó a los habitantes a «regresar lozanía y esplendor» a una urbe que cada día pierde más brillo en las edificaciones y en la población misma.