Segundo Casaña León es un guajiro que ha
vivido sus 53 años de edad en la finca “Yaguarusa”, ubicada en la cercanía de la comunidad rural
“El Mamey”, en la zona montañosa del municipio Cumanayagua, en la provincia de
Cienfuegos. Su fallecido padre la compró en 1948. Hoy autoridades del Ministerio de la
Agricultura local dicen que está ilegal en esas tierras.
Comenta Segundo que las contradicciones
con la finca datan desde que su padre no quiso asociarse a las llamadas
Cooperativas de Producción Agropecuaria (CPA)
en la década de 1980. Simplemente prefirió trabajar como pequeño
agricultor. Nunca le vio futuro a esa organización. Hace varios años la CPA “30 Aniversario”, de la zona, fundada hace más
de tres décadas, desapareció por falta de apoyo estatal y mano de obra.
Los pocos campesinos que aun laboran, sin
afiliación alguna, se sienten estafados. No quieren negocios con entidades
estatales. Hace más de tres años que a varios de ellos les deben dinero por
cosechas entregadas. A pesar de los reiterados reclamos no reciben ni un
centavo.
El marabú se aprovecha de la prohibición
del Ministerio de la Agricultura, encabezado por la empresa Cuba Café, de no
otorgar tierras o permitir que le den utilidad. Solo entregan a través de resoluciones que permiten al estado apropiarse
nuevamente de las tierras en cuanto lo estime necesario.
Esa experiencia es desastrosa. A lo
largo y ancho de la isla existen cientos de campesinos que se acogieron a
resoluciones como la 259 o 300 y una vez eliminado el marabú el Estado se las
arregló para apropiarse nuevamente del terreno.
Los verificadores se han convertido en
látigos para quienes aun se aferran a laborar la tierra. Tomás Jáuregui León,
inspector de Cuba Café, le aplicó 500 pesos de multa a Casaña, alegó que vivía
ilegal en la finca. El multado reclamó a varias instancias de la municipalidad
pero no tuvo respuesta alguna. Asegura que todos los organismos de Cumanayagua están
confabulados.
Casaña León lleva en su sangre el amor
por el campo. Es un guajiro de pura cepa.
Ahora sueña con criar ganado. En especial la ceba de toros. Solo espera
que las autoridades locales se lo permitan. Pidió un crédito al banco pero no
se lo aprobaron. Necesita que el Ministerio de la Agricultura municipal le
entregue un certifico que le permita continuar laborando la tierra. Los mismos
que se lo niegan lo consideran alegan que vive ilegal en la propiedad heredada de su padre.
Los manuscritos de las 30 hectáreas
desaparecieron cuando su padre vivía. No obstante cuenta con pruebas
testificales que de muestran la legitimidad del terreno. Además de antiguos
certificados emitidos por el Ministerio de la Agricultura de Cumanayagua.
Entre
tanto desaliento y desesperación Segundo envió misiva al Consejo de Estado, en
La Habana, explicando su situación y la de otros campesinos que hace unos tres
años no les compran sus producciones.
Allí en aquella zona montañosa se cumple
a la perfección la frase “no come ni deja comer”, pues inspectores del
Ministerio de la Agricultura y miembros de la policía les han hecho la guerra a
los campesinos que venden sus productos a particulares.
Vivir en aquel paraje montañoso es un
verdadero reto. El hogar materno fue cerrado. Cuatro mujeres embarazadas corren
el riesgo de parir sin condiciones médicas alguna. La ambulancia que auxiliaba
a los enfermos se volcó. Lo que quedó de ella está cubierto de óxido a la
intemperie. Los niños 7 a 14 años de
edad de la zona no reciben leche ni yogur.
La mini hidroeléctrica que les provee
la electricidad solo funciona unas cinco
horas al día cuando existe suficiente agua en el embalse.
Años a tras las Fuerzas Armadas
Revolucionarias (FAR) daban vida a las diferentes comunidades. Tenían un campo
de entrenamiento de trapas especiales. Se le conocía por “El nicho”. Allí se
preparaban soldados y oficiales para cumplir misiones internacionalistas.
Fundamentalmente para África.
La finca Yaguarusa fue adquirida por la
familia Casaña León en 1948. A 65 años de la adquisición un heredero legítimo
es considerado ilegal por autoridades locales del estado que le prohíben
producirla.
Elaborado por Yoel Espinosa Medrano